CUANDO EL FUTURO ES HOY

Al conocer la noticia del matrimonio de Calviá que se ha quitado la vida tras recibir el aviso de desahucio, un sentimiento de rabia ha recorrido mi ser, no es que los otros suicidios por la misma causa no me hayan causado tristeza y rabia, pero hay algo en éste que cambia cualitatívamente el prototipo del suicida. Hasta ahora eran personas  en su mayoría de mediana edad, en algunos casos con hijos, pero siempre personas que tomaron esta decisión haciéndolo solos y que no fueron capaces de pensar que todavía tenían un futuro y que aún podían luchar contra los que arruinaron su vida. 

Ésta vez ha sido distinto, Pedro y Jovita, 68 y 67 años, como yo y mi esposa, 69 y 68, sufrirían la posguerra, trabajarían duro para tener una familia y sacar adelante a sus hijos y a juzgar por las informaciones, tenían una hipoteca la cual no podían pagar. Todo ésto me hace pensar que su situación económica no tenia nada que ver con los casos "Bárcenas", "Sepúlvedas" y compañia a los cuales una decisión menos traumática  que ésta, como es la de dimisión, no son capaces de tomar.

Entiendo que después de llegar a cierta edad, llevar una vida juntos luchando para tener un futuro y haberlo conseguido, para algunas personas sea muy difícil tener que vivir con la " vergüenza " de ser desahuciados, y verse en la calle sin su techo y ésto les obligue a tomar la decisión de quitarse la vida juntos, puesto que a nuestras edades el FUTURO es HOY, pero también creo que se puede seguir luchando, es cierto que nos pueden quitar nuestro hogar, nos pueden echar de nuestra casa, pero lo que no nos pueden quitar es nuestra dignidad como personas, como seres humanos y que si nos quitan lo que tantos años de lucha nos costó conseguir, deberemos ir a las puertas del Congreso, a las de la Moncloa o a las de la Zarzuela, e instalar allí nuestro hogar, y si tenemos que perder la poca vida que nos queda, que sean ellos los que nos la quiten.